Dice la leyenda que en la noche de difuntos, si hay luna llena, el primer rayo de su luz, allá donde caiga, devolverá la vida a los muertos...
Una vez pasó, y lo primero que iluminó la luna fue el maizal del señor Evaristo....
Curiosamente, todo el maiz se echo a perder: se ve que con los vegetales funcionaba al revés...
Al señor evaristo le dijeron que quemara aquellas plantas. Él dijo que sí, pero se las vendió a Bernardo para sus gallinas...
Como pollo sin cabeza. Pablo Albo & Mikel Mardones
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